Los brotes de crecimiento en bebés: Claves para entender y sobrellevar esta etapa

Los brotes de crecimiento son momentos clave en el desarrollo de los bebés, llenos de cambios, descubrimientos y, para los padres, retos inesperados. Entre estos retos, los padres se enfrentan a bebés que parecen cambiar de un día para otro, demandando más alimento, llorando más, durmiendo menos y mostrándose irritables.

Aunque puede ser una situación un poco agotadora para la familia, estos brotes son completamente normales y forman parte de un desarrollo saludable.

Es importante explorar con detalle las fases más intensas del primer año, las razones detrás del comportamiento del bebé durante los brotes de crecimiento, cómo manejar la alimentación, cómo distinguir los cólicos comunes de problemas digestivos más serios, y cómo cuidar la salud emocional de mamá y papá para atravesar estos periodos con más calma y confianza.

Fases de crecimiento más intensas en el primer año de vida

Los brotes de crecimiento no ocurren de manera constante, sino en momentos específicos que suelen ser bastante predecibles.

Durante estos periodos, el bebé atraviesa un rápido desarrollo físico y neurológico que puede manifestarse con cambios notables en su comportamiento. No todos los bebés pasan por los brotes de crecimiento de la misma manera.

Algunos parecen navegarlos sin problema, mientras que otros muestran más signos de incomodidad y demanda constante.

Aunque no es una regla, los momentos más intensos suelen ocurrir alrededor de:

• 2 a 3 semanas. El primer brote sorprende a muchos padres. El bebé parece querer comer todo el tiempo, lo que puede llevar a dudas sobre si la leche materna o de fórmula es suficiente.

• 4 a 6 semanas. El bebé comienza a mirar más a su alrededor y a interactuar un poco más, pero esto viene acompañado de noches difíciles y más llanto.

• 3 meses. Durante este brote, los bebés crecen visiblemente y pueden tener cambios en el patrón de sueño.

• 6 meses. El bebé comienza a explorar el mundo con más energía, gira sobre sí mismo, empieza a sentarse, y a veces los despertares nocturnos aumentan.

• 9 meses. Coincide con grandes avances como gatear o intentar ponerse de pie. También puede aparecer lo que se llama “regresión del sueño”.

¿Por qué algunos bebés parecen más incómodos y lloran más durante los brotes?

Durante los brotes de crecimiento, el cuerpo y el cerebro del bebé están trabajando intensamente. Esto significa que necesitan más energía, están más estimulados mentalmente—lo que puede afectar el sueño—y su sistema nervioso está más sensible.

Es importante entender que, aunque para los padres y madres estos momentos son cansados, no son signos de que algo esté mal. Reconocer que se trata de brotes de crecimiento y no de un problema médico ayuda a reducir la ansiedad familiar.

Los bebés lloran más en estos periodos por varias razones:

• Hambre constante. Su metabolismo se acelera, y necesitan más alimento para sostener el crecimiento.

• Sueño interrumpido. Aunque parezca contradictorio, un bebé que está creciendo mucho puede tener más despertares nocturnos debido a la sobrecarga de estímulos.

• Irritabilidad general. El cerebro del bebé está formando nuevas conexiones, lo que lo puede hacer más sensible a ruidos, luces o cambios en el ambiente.

• Malestar físico. El crecimiento puede traer sensación de incomodidad en músculos y huesos, aunque esto no es doloroso, sí puede generar inquietud.

Alimentación durante el brote: ¿cambiar la leche para bebés o ajustar tomas?

Uno de los principales desafíos durante los brotes de crecimiento es la alimentación. Los bebés parecen insaciables, lo que puede llevar a los padres a preguntarse si la leche materna es suficiente o si deben cambiar de fórmula.

La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, no es necesario cambiar la leche. Si el bebé se alimenta con lactancia materna, la leche se ajusta naturalmente a sus necesidades. Por ejemplo, si pide más pecho, lo mejor es ofrecérselo, ya que esto aumentará la producción de leche y se adaptará a la demanda.

En este sentido, la leche materna contiene componentes benéficos como la cepa de probióticos Bifidobacterium BB-12®, que ayuda a fortalecer el sistema digestivo e inmunológico del bebé, apoyándolo especialmente durante estos momentos de alta demanda.

Además, esta cepa de probióticos ha demostrado brindar una hora más de sueño en los bebés y reducir el llanto en un 50% del tiempo. 

En el caso de los bebés que toman leche de fórmula, es recomendable hablar con el pediatra para ajustar las cantidades o la frecuencia de las tomas, y si se está considerando incluir probióticos como BB-12 en su alimentación. Generalmente, no es preciso cambiar de marca o tipo de leche solo por un brote de crecimiento.

Cuando el bebé ya ha iniciado la alimentación complementaria (mayores de seis meses), es normal que durante los brotes de crecimiento muestren más apetito.

En estos casos, se les pueden ofrecer alimentos nutritivos adicionales, como purés de frutas, verduras o cereales fortificados, pero siempre manteniendo la leche como fuente principal de energía. 

También te puede interesar: Guía esencial para la alimentación del lactante, desde el nacimiento hasta el primer año

Diferencias entre cólicos normales y signos de malestar digestivo más severo

• Cólicos normales. Son episodios de llanto inconsolable, generalmente al final del día, en bebés menores de 3 a 4 meses. Aunque son angustiosos, no indican enfermedad y desaparecen solos con el tiempo.

• Malestar digestivo severo: Incluye signos como vómitos persistentes (no solo regurgitación), diarrea intensa, sangre en las heces, pérdida de peso, o un bebé que rechaza completamente la alimentación. En estos casos, consulta al pediatra de inmediato.

• Llanto por brotes de crecimiento: Suele estar relacionado con hambre, cansancio y sobreestimulación, pero el bebé sigue comiendo bien y ganando peso.

También te puede interesar: ¿Cómo evitar los gases en un bebé?

Estrategias para cuidar la salud emocional de mamá y papá ante el aumento del llanto

Uno de los aspectos más difíciles de los brotes de crecimiento no es solo atender al bebé, sino manejar el impacto emocional que tienen en los padres. El aumento del llanto, las noches interrumpidas, y la demanda constante pueden generar frustración, cansancio extremo y hasta sentimientos de culpa.

• Acepta que es temporal. Repetirlo como un mantra ayuda a atravesar las noches difíciles. Los brotes de crecimiento duran pocos días.

• Turnarse para descansar. Si tienes pareja, organicen turnos para dormir o cuidar al bebé. Si no, pide apoyo a familiares o amigos de confianza.

• Evita exigirte demasiado No es momento de tener la casa impecable o cumplir con todas las tareas. Prioriza lo esencial.

• Habla de lo que sientes. Compartir tus emociones con alguien cercano ayuda a desahogarte. Si sientes que la ansiedad o tristeza son muy intensas, considera buscar apoyo profesional.

• Respira y conecta con tu bebé. Aunque estés agotado, intenta tener momentos tranquilos para abrazar y observar a tu bebé. Recordar que esta etapa es parte de su crecimiento puede ayudarte a reconectarte emocionalmente.

Creciendo juntos, día a día

Los brotes de crecimiento son una parte natural, aunque desafiante, del desarrollo infantil. Entender cuándo ocurren, por qué el bebé se comporta de cierta manera, y qué podemos hacer para apoyarlo—sin caer en cambios innecesarios de alimentación o preocupaciones exageradas—permite a los padres transitar estos momentos con más calma.

Fuentes consultadas

Growth Spurts & Baby Growth Spurts. Cleveland Clinic. Consultado y disponible en mayo de 2025 en https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/22070-growth-spurts

Cluster Feeding and Growth Spurts. United States Department of Agriculture. Consultado y disponible en mayo de 2025 en https://wicbreastfeeding.fns.usda.gov/cluster-feeding-and-growth-spurts

Amamantamiento: cómo comenzar. Stanford Medicine Children’s Health. Consultado y disponible en mayo de 2025 en https://wicbreastfeeding.fns.usda.gov/cluster-feeding-and-growth-spurts