Mariana y Armando recibieron a su segunda bebé con mucha alegría. Cómo ya no eran padres primerizos, creyeron que sería una experiencia mucho más fácil que con su hijo mayor. Sabían todo lo que iba a pasar con su recién nacida: las noches de desvelos, los cuidados de las primeras semanas y las visitas de seguimiento con la pediatra.
Conforme pasaron las semanas, su bebé empezó a presentar molestias después de comer. Lloraba seguido, sacaba la leche de forma muy frecuente y estaba muy irritable. Esto nunca les había pasado con su primer hijo.
Una noche, la pequeña comenzó con un episodio de vómito y llanto intenso. No podían calmarla y gritaba tanto que se puso morada. Así que agarraron a su hijo de 2 años dormido y todos corrieron a urgencias. El diagnóstico fue que la bebé estaba mostrando signos de reflujo y cólicos. Tras el susto, pero ahora con más información y más tranquilos de saber que no era nada grave, tomaron acción y gracias a los consejos médicos, su niña pudo superar esta etapa y crecer sana.
¿Qué Son los Cólicos y Reflujo en Bebés?
Tienden a ocurrir especialmente durante las primeras semanas y meses de vida de los bebés. Aunque pueden llegar a ser un tema de preocupación para las familias y causar un gran malestar en los pequeños, entender y distinguir los signos y síntomas de los cólicos y reflujo en bebés es de gran ayuda para atravesar esta etapa.
Cólicos: Se caracterizan por episodios de llanto intenso y prolongado que ocurren sin una causa aparente y se pueden presentar desde las 2 primeras semanas de vida y tienden a mejorar después de los 16 semanas de vida.
Si un bebé llora durante tres o más horas al día, por al menos tres o más días a la semana y se presenta durante tres semanas al menos, se trata de de un episodio de cólicos. El bebé parece sufrir un dolor agudo en el estómago y lo manifiesta encogiendo y estirando las piernas.
Reflujo: El reflujo gastroesofágico (RGE) ocurre cuando el alimento del estómago se devuelve a través del esófago y llega a la garganta o boca y puede producir vómito.
De acuerdo con Healthy Children el RGE en los bebés se considera normal ya que su tracto digestivo superior está madurando. Normalmente el reflujo empieza a las 2 o 3 semanas de vida y el pico se da entre los 4 o 5 meses. Se estima que la resolución completa de los síntomas ocurre entre los 9 y 12 meses de edad. A diferencia de los cólicos, el reflujo puede durar más tiempo.
¿Por Qué Ocurren Principalmente en las Noches?
Aunque los cólicos pueden ocurrir en cualquier momento del día, tienden a ser más frecuentes durante la noche debido a una combinación de factores, incluyendo el cansancio del bebé y la acumulación de estímulos. La falta de sueño también puede exacerbar los síntomas del cólico y crear un ciclo de malestar.
El reflujo también es más notorio durante la noche porque cuando el bebé está acostado, la posición no ayuda a mantener los contenidos del estómago en su lugar, lo que puede generar mayor malestar y regurgitación frecuente.
Signos y Síntomas para Detectar Cólicos y Reflujo Nocturno
Los expertos consideran que durante los primeros 6 meses de nacidos, los bebés pasan gran parte de su tiempo acostados y su esófago y esfínter esofágico inferior no están completamente desarrollados, esto hace más probable que el contenido del estómago se devuelva al esófago.
A medida que pasan más tiempo erguidos y crecen conforme a su desarrollo, por lo general, experimentan menos molestias estomacales y reflujo gastroesofágico. Estos son algunos signos y síntomas que los expertos observan para detectar cólicos y reflujo en bebés nocturno de acuerdo con American Academy of Pediatrics:
Signos para Detectar Cólicos
El bebé presenta llanto muy persistente y gritan desconsoladamente por más de tres horas al día, pero empeora entrada la noche. Esto se puede presentar entre la segunda y cuarta semana de vida.
Tensa los brazos, aprieta los puños y arquea la espalda en señal de dolor. Esto puede ser especialmente difícil al momento de cargar al bebé para tranquilizarlo.
Resulta difícil consolarlo con los métodos naturales de arrullo. Al estar en este episodio de llanto, se nota incómodo con las posiciones para cargarlo y le cuesta trabajo conciliar el sueño.
Síntomas del Reflujo Nocturno
El bebé regurgita constantemente y con fuerza. Es muy común que en cada toma saque leche.
Llega a rechazar la leche o ingiere en cantidades muy pequeñas. Hay bebés que se niegan a comer y se arquean hacia atrás mientras comen en señal de rechazo.
Puede presentar periodos de tos o asfixia si el reflujo llega hasta la tráquea. También puede realizar sibilancias, sonidos agudos que se producen al respirar.
Presenta hipo frecuentemente, varias veces al día.
El estómago se siente hinchado, distendido o duro.
Rutinas y Remedios para Aliviar el Malestar Nocturno
Métodos calmantes naturales: a algunos bebés les relaja escuchar música suave mientras son arrullados. Algunas madres y padres también utilizan una pelota de yoga mientras para mecer a sus bebés y mantener el movimiento constante.
Hacer eructar al bebé con frecuencia durante y después de alimentarlo. Si el bebé no eructa al cabo de pocos minutos, se puede cambiar de postura. A medida que van creciendo, los bebés eructan cada vez menos ya que han aprendido a comer sin tragar demasiado aire.
Realizar cambios en la alimentación: el pediatra podría recomendar el cambio a una fórmula de leche con proteína parcialmente hidrolizada, realizar ajustes en la dieta de la madre lactante o sugerir el uso de probióticos para fortalecer el sistema digestivo del bebé.
Mantener al bebé en posición vertical durante al menos 30 minutos después de las tomas de leche. A algunos bebés les relaja esta postura, puedes optar por un fular o rebozo para sostenerlo y descansar los brazos.
Dar masajes. este es un remedio natural para aliviar la tensión en el cuerpo de tu bebé. Puedes optar por masajear su espalda mientras lo sostienes de forma vertical o colocarlo boca arriba y acariciar suavemente la zona abdominal Además es un momento de conexión para ayudarle a pasar estos momentos difíciles.
Algunos bebés necesitan una reducción de los estímulos ambientales. Una buena opción es dejar las luces muy bajas o apagadas por completo y envolverlo con una manta suave,
La sobrealimentación puede agravar el reflujo y los malestares estomacales. Siempre sigue la recomendación de la ingesta diaria recomendada por tu médico.
Presenta vómito en grandes cantidades y con mucha fuerza, también conocido como vómito en proyectil o que presenta un color verde o amarillo.
Refleja un menor aumento de peso que lo esperado para su edad debido a la incapacidad de retener la suficiente cantidad de alimentos.
Presenta señales de deshidratación, como no mojar los pañales durante 3 horas o más.
El bebé tiene falta de energía y se muestra débil y sin ganas de interactuar.
En estos casos, el pediatra hará una evaluación y el tratamiento dependerá de los síntomas y la edad del bebé.
Es posible que el especialista recomiende ajustes a la rutina. Por ejemplo, administrar la leche en cantidades más pequeñas y con mayor frecuencia.
Consejos para Padres: Cómo Manejar el Estrés y la Fatiga Nocturna
Prepara una rutina relajante: aunque al llegar la noche se puede anticipar un escenario estresante con el llanto de tu bebé y el estrés que provoca no poder darle alivio, una buena forma de anticiparse es crear un ambiente relajado. Puedes poner aromaterapia, música relajante y una lámpara con luz suave.
Crea un plan de descanso: es importante que todos en la familia tengan un tiempo para recuperarse. Así que pueden tener un calendario para acordar momentos definidos de reposo para cada uno de los integrantes y que así puedan recuperar energía para seguir adelante en las siguientes noches retadoras.
Pide ayuda: pasar por un episodio de cólicos y reflujo puede ser realmente estresante. Puedes pedir apoyo de familiares o amigos para acompañarte en las noches difíciles. Hay familias que incluso optan por contratar un servicio de enfermería para cuidar al bebé algunas noches a la semana.
Por último, recuerda que muchas familias han pasado por lo mismo y lo superan con mucha paciencia, ¡tienes que saber que lo estás haciendo increíble y que tu bebé crecerá pronto!ç
Las primeras semanas son toda una montaña rusa de emociones y muchas mamás y papás primerizos pueden experimentar un poco de desconcierto ante los cambios.
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